Los libros deberían celebrarse los 365 días del año porque un libro es una puerta que te permite entrar en otros mundos, en otras vidas, en otras experiencias, en otros yo.
¿Qué es un libro? ¿Cómo son los
libros?... me pregunto de vez en cuando. ¿Un libro es de papel? ¿Tiene palabras
escritas? ¿Tiene hermosas ilustraciones? ¿Es grande o pequeño? Un libro es como
tú quieras que sea, pero sobre todo es un agujero en una pared, un puente hacia
el mundo de la fantasía, un espacio de ilusión y una tentación para nuestra
curiosidad. Lo que sé seguro es que un libro es un objeto inacabado, solo acaba
de tomar forma en manos de un lector y, depende de cómo se lea, toma una forma
u otra.
No concibo la educación sin
libros, no concibo la educación sin cuentos, sin historias, sin teatro, sin
cine, sin arte... Un niño que lee, que vive historias, es un niño que aprende
disfrutando y eso, en estos tiempos, es todo un lujo. Un niño que lee es un
adulto que se va creando, que se va construyendo poco a poco, que va formando
su pensamiento, que acabará pensando por sí mismo.
Si nuestros alumnos leen, nuestros alumnos aprenden.
Publicado por Salvador Rodríguez Ojaos
(http://salvarojeducacion.blogspot.com.es)